Muy popular, el jabón de manteca de karité es muy conocido, pero a menudo es difícil para nosotros entender en qué se diferencia realmente del jabón tradicional.
Elaborado según la misma receta que el jabón clásico, el jabón de manteca de karité está simplemente enriquecido con nutrientes súper grasos como el aceite de almendras dulces o la manteca de karité, por ejemplo, que le permiten limpiar la piel sin resecarla.
Al igual que el aceite de ducha, el jabón de manteca de karité es perfectamente adecuado para pieles sensibles (pieles secas, atópicas, pieles de bebés, etc.), pero también puede ser utilizado para pieles normales, tanto para el cuerpo como para el rostro. Es un poderoso aliado que no debe descuidarse durante las estaciones en las que la epidermis está sometida a grandes dificultades: viento y frío en invierno, sal o cloro en verano junto al mar o en la piscina.